Como números copiados somos enchufados a realidades masificadas, mientras las verdaderas conexiones quedan prendidas a vacíos justificados por las sociedades, convirtiéndonos en fichas predecibles de juegos macabros de intereses y poder.
Cada día nacemos y morimos en las mismas rutinas, acostumbrados a no preguntarnos tantos porqués… encasillados en paradigmas que nos enceguecen, que nos encadenan a supuestas verdades concedidas socialmente, para aislarnos de los conocimientos puros; esos alcanzados por el hombre cuando logra despojarse de tanta basura que le ha sido arrojada durante años…
Alejarnos de lo que dictan falsas supuestas verdades llena de verdaderos significados, genera la diferencia necesaria para teñir de sentido nuestra temporalidad en este lugar, al ser artífices de conciencias propias que no corren a través de paradigmas ni prejuicios, sino de libertades desintoxicantes, para ir rompiendo partes de ese fuerte muro que nos rodea, pero que al igual que todo lo que existe en este mundo imperecedero, no es ni eterno ni inmutable. Al quebrar esas cadenas, los vientos de libertad y justicia formarán parte de valiosas conexiones inquebrantables.
El mundo actual carece de auténticas conexiones, donde lo verdadero queda revestido de mentiras, completamente opacado en una profunda oscuridad impregnada por odios, guerras, desamor, rencor, rabia, idolatrías, materialismo, egoísmos, deseos de venganza; millones se han visto opacados por la maldad y la destrucción. El amor verdadero y la presencia de Dios no encuentra un camino ni un lugar en este mundo, donde no se abraza la diversidad, donde no hay bondad y donde no nos interesa el bienestar del otro.
Igualmente pienso que es posible captar y emanar algo de luz en el oscuro mundo que nos rodea. Sólo basta con esa pequeña chispa para iluminar un vasto océano de tinieblas. Tengo Fe de que algún día, si cada vez somos más los que nos esforzamos en parecernos a Jesús, es que veremos y viviremos un mundo mejor.
(Per il mio ragazzo)
